sábado, 10 de diciembre de 2016

Epístolas Surianas de Julio Ayala Carlos. Reconocimiento y secretarios eficientes

Epístolas Surianas
(Carta a Don Héctor)

De Julio Ayala Carlos

Julio Ayala Carlos. Periodista.
MERECIDO, SIN DUDA, ES EL RECONOCIMIENTO que recibió el presidente de la Comisión de los Derechos Humanos del estado (Codehum), Ramón Navarrete Magdaleno, por parte del Centro de Actualización del Magisterio (CAM). La razón, “por su destacada labor al frente de esa institución”.
Y es que a decir de José Antonio Escobar Vega, quien fue el encargado de entregar el reconocimiento de referencia, “el trabajo que desempeña la Comisión Estatal de Derechos Humanos es destacable, puesto que han conformado un equipo de trabajo sólido, con lo cual se mantiene la presencia en situaciones complicadas a fin de contribuir en la prevención de situaciones que lamentar”.
En efecto, de no ser por la Codehum, y esto lo reconocen en la propia Secretaría General de Gobierno, a cargo de Florencio Salazar Adame, responsable de la política interna del estado, de no ser por el trabajo que realiza la Comisión de los Derechos Humanos, los conflictos sociales existentes, así como el enfrentamiento entre el FUSDEG y la UPOEG, sería de consecuencias lamentables.
Lo hemos dicho en otras ocasiones. Además de cumplir con la promoción y defensa de los derechos humanos, así como la prevención a la violación de éstos, la Codehum se ha convertido en acompañante, mediadora y conducto para que los conflictos sociales, laborales y de todo tipo, sean atendidos y solucionados por las autoridades. E incluso, se ha llegado el caso que si no está presente la Comisión de referencia, no se tiene validez de lo que se acuerda y firma.
Por eso es que el reconocimiento del Centro de Actualización del Magisterio es más que merecido, aunque lo que sorprende  es que sean pocos los que reconocen el trabajo que coordina Navarrete Magdaleno, quien dicho sea de paso, no tiene vida propia, toda vez que prácticamente las 24 horas del día está al pendiente de lo que ocurre en Guerrero, ya como consecuencia del activismo que realizan las organizaciones sociales, o en su labor principal, la prevención, defensa y promoción de los derechos humanos.
En tanto, el Ombudsman Estatal recibió el distintivo en presencia de Visitadores Generales y personal de ambas instituciones, comentando que “el reconocimiento que la sociedad hace al trabajo realizado nos motiva a continuar con la ardua tarea de promocionar el respeto y defensa de los derechos fundamentales de todas y todos, así como redoblar el trabajo a fin de construir una mejor sociedad”.
Yo, como muchos guerrerenses, creemos que Ramón Navarrete Magdaleno le está cumpliendo a los guerrerenses. El trabajo que viene desplegando la Comisión de los Derechos humanos del estado en toda la geografía guerrerense, así lo demuestra. Claro, hay otros como él, pero ni duda cabe que son muy contados.
Y EN OTRO ASUNTO, SI HAY ALGUIEN de todas las confianzas del gobernador Héctor Astudillo Flores, sin duda lo es Pedro Ocampo, quien se desempeña como su secretario particular, y Marco César Armenta, quien se ocupa como su secretario privado. Ambos no solo conocen a la perfección al mandatario estatal, sino también el proyecto de gobierno que encabeza, y en consecuencia, interpretan fielmente sus instrucciones.
En efecto, tanto Marco César Armenta como Pedro Ocampo han trabajado muy de cerca, y desde hace años, con el hoy gobernador del estado, de ahí que si bien tienen capacidad para dirigir alguna de las tantas secretarías de despacho con que está integrado el gobierno estatal, fueron designados como secretario privado y secretario particular del Ejecutivo, es decir, en puestos claves, de la más alta confianza que se pueda tener en un gobierno.
Hay que decirlo. He conocido a otros secretarios, privados y particulares del gobernador en turno, y de ser hombres sencillos e incluso amigos, se convirtieron en prepotentes, abusivos e insolentes, y que hoy, ya sin el cargo en el gobierno, andan de arrastrados y hasta dan pena ajena. Por fortuna, tanto Pedro Ocampo como Marco César Armenta siguen siendo sencillos, tranquilos y de trato amable y respetuoso, atentos con la gente que se acerca a ellos, como debieran ser todos los servidores públicos.
Sin duda que este comportamiento y actitud de servicio se lo aprendieron a quien desde hace mucho años es su jefe, el gobernador Héctor Astudillo Flores que, todo mundo lo puede constatar, a pesar de ser el número uno en el estado, sigue siendo  sencillo y respetuoso en el trato, y lo que es mejor, con propios y extraños. Y qué bueno que así sea; ya era hora que Guerrero tuviera un gobernador amable, respetuoso y que cumple su palabra. ¡Qué bueno!
Comentarios: julio651220@hotmail.com
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