lunes, 16 de febrero de 2015

“Los políticos, como los pañales desechables...” (Crónica toma de protesta Grupo ACA)



“Los políticos, como los pañales desechables...”

·         Crónica de la toma de protesta de la nueva mesa directiva del Grupo ACA

Francisco Javier Flores V.

Grupo ACA. Nueva directiva.
Laura Arizmendi Campos tragó saliva y su rostro se desfiguró en una mueca de sonrisa fallida. Sus ojos se quedaron mirando fijamente a la nada y su expresión facial bien podía traducirse en un suplicante “¡trágame tierra!”.
Pero como presidenta de la mesa directiva y representante del Congreso local en el acto, desde su lugar en el presidium no tuvo más que apechugar ante el vibrante discurso del nuevo presidente de la Asociación Civil Acapulco (Grupo ACA), José Luis Gallegos Peralta, luego de la toma de protesta junto con su comité, el pasado miércoles 11 de febrero.
Como tuvieron que aguantar vara también el propio gobernador Rogelio Ortega Martínez, el alcalde Luis Uruñuela Fey, el virtual candidato del PRI al gobierno estatal, Héctor Astudillo Flores –sentado en primera fila- y la pléyade de suspirantes a “huesos” electoreros, funcionarios públicos de altos vuelos, menores y de medio pelo, de los cuales no pocos al escuchar las alusiones del orador buscaron hacerse chiquitos en sus asientos.
Y es que desde su silla de ruedas en la que se transporta a causa de su discapacidad física, el abogado Gallegos Peralta prácticamente no dejó títere con cabeza. Agarró parejo, pues, y convirtió el recinto habilitado en uno de los salones de conocido hotel de la costera Miguel Alemán en una auténtica casa de jabonero.

Sálvese quien pueda

Pero fueron los “políticos de carrera” los que se llevaron la peor parte. Esos que, dijo, “son iguales en todo el mundo”. Los que somos diferentes, acuñó, somos los ciudadanos y por eso en cada país se producen resultados diferentes. En ese sentido convocó a ser exigentes como los ciudadanos de países de primer mundo, pues de lo contrario estamos condenados a seguir practicando el viejo adagio que reza que “a los políticos de carrera y a los pañales hay que cambiarlos seguido... tristemente por la misma razón”.
Y vino la alusión a la Cámara de Diputados –productora actual de muchos tránsfugas que han abandonado la curul para ir en  busca de nueva ubre presupuestal- que ha tenido, dijo, un actuar “decepcionante”.
“Nuestro Congreso local es el cuarto con mayor número de diputados y el séptimo más caro del país. Pero también es uno de los que menos leyes producen y uno de los que más ocultan la informaciión sobre el uso que le dan al presupuesto que tienen a su disposición”. Y fue más allá: “Incluso es del dominio público que algunos diputados están vinculados familiarmente con cárteles del crimen organizado”, dijo y el eco de esas palabras de seguro retumbó en la presidencia de la Comisión de Gobierno y allá por los rumbos de Chilapa, zarandeando los apellidos Ortega y Cantorán, sólo por citar algunos.
Eso sí, reprochó, el Congreso y los partidos políticos desdeñaron la propuuesta del Grupo ACA de reducir el número de plurinominales de 18 a 8.

Iguala y otras hierbas

Como representante de ese grupo plural de opinión de la sociedad civil, al que definió como “la universidad práctica de la política ciudadana”, José Luis Gallegos no podía dejar pasar los problemas candentes que afectan a Guerrero y a Acapulco. El caso de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, dijo, no tiene justificación, pero tampoco “nada justifica las manifestaciones vandálicas afectando a terceros”.
Condescendiente, admitió que “el dolor de los padres por la pérdida de sus hijos no se supera fácilmente y mucho menos por decreto presidencial. Tal vez nunca se supere, pero si se digiere y se tolera, ésto lo podemos asegurar quienes hemos perdido a un hijo. Y aunque sean circunstancias diferentes no por eso duele menos. Jamás hemos mostrado nuestro dolor de padres de manera destructiva, afectando a terceros y mucho menos permitiríamos que terceros lucren con la tragedia. Ese dolor no puede ser motivo y mucho menos inspiración para delinquir”.
Aquí vino un llamado a los padres, a los auténticos dolientes, a “que se deslinden de cualquier manifestación violenta que enarbole como bandera esa tragedia, y en esa tesitura le exijo a la autoridad que actúe, que cumpla su responsabilidad, que para eso la sociedad creó al Estado. Les exijo que garanticen a los ciudadanos el libre tránsito; en resumen exigimos justicia por igual, pero también respeto a nuestras instituciones y al estado de derecho, recuperación inmediata de nuestros palacios municipales y no más bloqueos de carreteras y calles”.
Tocó el tema de la obra del Macrotúnel y su entronque con la avenida Escénica, a la altura de la Base Naval. Cuestionó el “cuello de botella” que ahí se genera diariamente con la reducción de cuatro a dos carriles, pero sobre todo que dichas obras carecen de licencia de construcción y violan toda normatividad aplicable, mientras “la autoridad ca-lla-di-ta”, silabeó. Y esbozó la aparente explicación a dicho mutismo gubernamental: “El constructor es ICA y Grupo Carso (ambas propiedad del magnate Carlos Slim Helú). El hombre más rico del mundo viene y se apodera de un tramo de la Escénica y todos ca-lla-di-tos; (pero) no fuera un ciudadano común remodelando la fachada de su casa porque ya le hubieran caído diez inspectores y no sé cuántos sindicatos”.
Agregó que “bienvenida la inversión a nuestra ciudad, siempre y cuando respeten la normatividad, pero exijo que las autoridades actúen y de inmediato clausuren y demuelan la invasión a la vía pública y todo lo que no cuente con los respectivos permisos y licencias. Que Carlos Slim entienda que se le quiere como benefactor y no como enemigo de nuestra ciudad. A las autoridades competentes las veo arrodilladas ante don poderoso caballeros que es don dinero y lex exijo que en un acto de dignidad y vergüenza se pongan de pie y actúen; la sociedad los estará observando y sin duda reconocerá su trabajo o les cobraremos factura (...)”.
Consideró que las grandes obras deben ser socializadas para que sean exitosas y por eso el colectivo social acapulqueño exige que de inmediato se recupere la vialidad escénica y se someta a un análisis el proyecto del Macrotúnel, por parte de los colegios de arquitectos e ingenieros de Acapulco, para que públicamente dictaminen los pros y los contras de esa obra. No debemos permitir que se construya violando la normatividad. Todos iguales ante la ley”, proclamó, y el acasocio e integrante de la nueva mesa directiva Carlos Sergio Reyes Paris rompió en aplausos, asintó con la cabeza, sonrió y casi se pone de pié, pero logró contener su emoción. Y cómo no, si es a la vez el presidente de los colonos del fraccionamiento Joyas de Brisamar, de los principales afectados por la mala planeación de esa magna obra.
Se refirió, asimismo, a la Ley de Participación Ciudadana del Estado de Guerrero la cual, sostuvo, es “letra muerta” pues plantea que la sociedad civil se organice como si fuera parte de la estructura de un partido político. Demandó reformarla para que se garantice realmente esa libertad y convocó a crear “un frente de ciudadanos dispuestos a luchar por derechos”.
Arremetió contra aquellos que sobreviven “con la mano abierta en espera de la próxima dádiva del gobernante en turno, del cheque, del contrato de obbra o de proveedores, de la camiseta, la licuadora, el vale, la concesión. Todo es es lo mismo, igual de denigrante, igual de oprobioso y debe desaparecer”.
Es necesario, dijo, el fortalecimiento institucional en la entidad y recuperar el estado de derecho en nuestra ciudad. Actualmente “tenemos instituciones debiluchas y carcomidas por el cáncer de la corrupción y organizaciones de la sociedad civil afectadas por el virus de protagonismo”. Y él mismo sugirió la medicina a esos males: “una dosis de humildad y mucho sentimiento patrio”.
Y tuvo una embestida también contra los grupos antisistémicos, promotores de la derogación de la reforma educativa, que se valen de la tragedia estudiantil de Iguala y que han amenazado con no permitir que se realicen las elecciones. En ese sentido señaló que la abstención no es la solución a los problemas, que hay que salir a votar de manera masiva, pero con inteligencia, aprendiendo a manejar el voto, para ya no dárselo a esos que se dicen políticos pero que en realidad son “delincuentes de cuello blanco”.
Y por las pruebas no tuvo que ir tan lejos, le bastó mencionar las recientes detenciones federales de personajes ligados al poder estatal, por eso hizo el llamado a dar cero votos a diputados faltistas que ahora quieren ser regidores o viceversa, y “castigar a los partidos políticos que hayan promovido delincuentes para ocupar cargos de elección popular o personajes oscuros enquistados como diputados y vinculados con el crimen organizado”.

Para alusiones... ellos

Seguramente muchos de los presentes que fueron aludidos tuvieron ganas de salir en defensa propia; sin embargo, el programa sólo permitió tomar la palabra al alcalde porteño y al mandatario estatal.
El primero para elogiar y reconocer la calidad moral y la tenacidad de José Luis Gallegos. Admitió que su discurso caló hondo y concitó el compromiso de la autoridad, pues le dio la razón casi en su totalidad. Casi, porque Luis Uruñuela, abogado también, intentó hacer una tibia defensa de los políticos al decir que “hay algunos que verdaderamente honran ese calificativo”, aunque luego se deslindó de la crítica que hizo el presidente del Grupo ACA al argumentar: “Yo no soy político, a la mejor no me toca... pero ya estoy aquí”, concedió finalmente, antes de robarse el lema oficial de los acasocios: “Participa, Acapulco lo merece”.
El gobernador Rogelio Ortega, por su parte, lejos de replicar prácticamente se despojó de la investidura para ponerse del lado de la sociedad civil. El académico, pero sobre todo el universitario salió a relucir en un mensaje propio de un mitin de protesta. Dijo que lo ocurrido en Iguala es el resultado de una crisis que se vino gestando durante varios años con la penetración de la delincuencia organizada en todo el tejido social y las instituciones. Que el 2014 será recordado como el año de la tragedia que trajo luto, dolor y dejó la crisis política y social al descubierto en Guerreroa; “como el año de Ayitzinapa y de los 43 (desaparecidos)”, e hizo votos porque este “2015 sea recordado como el año de la armonia y de la reconstruccion del tejido social”
Centrado casi por completo en ese tema, proclamó que “la tragedia de Iguala sirva como la crisis políticas que permita a los guerrerenses levantarse para poner al estado en la ruta de la superación de los grandes rezagos y de los problemas estructurales, pero sobre todo de las herencias malditas, la de la corrupcion y la de la impunidad”.
Pero también hizo alusión a las detenciones de los familiares del gobernador con licencia Angel Aguirre y algunos colaboradores, al expresar: “Celebro la contundencia y la voluntad del dia de ayer, porque pasará a la historia y ayuda a recuperar la gobernabilidad en Guerrero, a recobar la confianza en la política y en las instituciones; nadie, absolutamente nadie puede estar por encima de la ley, ni pisotear la ley, ni burlarse de sus electores y menos de esta gran gente de Guerrero que le ha aportado tanto a la patria mexicana”.
Por eso argumentó que debe haber elecciones, al tocar ese tema, y dijo que “hoy acá deberá de ponerse el ejemplo de que con valor cívico, unidas y unidos, pongamos alto a la impunidad y la corrupcion y vayamos a la reconstruccion con manos limpias, con la frente en alto, con humildad y mucha transparencia”.
Aún no concluían los aplausos tras la intervención del gobernador, a quien también le tocó clausurar el evento, cuando la diputada Laura Campos se escabullía sigilosamente el presidium en busca de la salida. Tras ella, los astudillos, los tajas, las julietas, los lópezrosas, los fermines, los wulfranos también salieron sigilosamente del salón con la cola entre las patas.

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