martes, 17 de febrero de 2015

SUELO ROJO. Saúl, el candidato natural para Juan R. Escudero (Columna política).



SUELO ROJO

·         Saúl, el candidato natural

Francisco Javier Flores V.

Saúl y Astudillo, excelente mancuerna.
En los próximos días –por ahí a principios de marzo- el Partido Revolucionario Institucional (PRI) designará a su candidato a la presidencia municipal de Juan R. Escudero y todo indica que el ungido será el abogado y gestor social Saúl Sánchez Arizmendi.
Con todo y la caótica problemática social y política que vive Guerrero, que ha impactado irremediablemente en la economía, existen elementos para afirmar que, al menos en Juan R. Escudero, el partido tricolor tiene amplias posibilidades de recuperar este municipio hoy  gobernado por la señora Elizabeth Gutiérrez Paz, postulada por el Partido Acción Nacional (PAN), aunque su gobierno no se ha diferenciado prácticamente en nada de su antecesor perredista.
Si bien es cierto que Saúl Sánchez va por su tercer intento en busca de la alcaldía escuderense, esta situación lejos de ser una desventaja sería para él su mayor fortaleza, sobre todo por la lógica adoptada por el Revolucionario Institucional, que ha postulado como su candidato a gobernador al diputado local con licencia Héctor Astudillo Flores, éste en su segundo intento.
Y es que el oriundo de la comunidad de El Zapote, a diferencia de otros personajes que tras no ganar una elección desaparecen del mapa, durante estos casi tres años ha mantenido una intensa actividad tanto en su permanente labor de gestoría en favor de sus paisanos, sobre todo de las comunidades rurales, como en reuniones de carácter político, sin descuidar la parte social y familiar, lo que le ha permitido, pues, mantener la maquinaria perfectamente engrasada; en otras palabras, siempre ha tenido la estructura lista para enfrentar un nuevo proceso electoral. Y si es con éxito, mucho que mejor.
Es cierto, existen otros dos personajes, jóvenes, que aspiran con legítimo derecho a la candidatura priísta. A saber, el actual presidente del comité municipal, Yorpes Gallardo Pavón y Noé Acevedo Flores. Ambos profesionistas que sin duda podrían representar dignamente al partido tricolor; sin embargo, no hay que olvidar que la política es de tiempos, pero también de circunstancias.
En el caso del joven Gallardo, destacado y reconocido deportista, si bien no se discute el papel que ha desempeñado al frente del partido, es evidente que aún le falta consolidar un liderazgo como el que no hay duda posee Saúl Sánchez, y que bien podría lograrlo acompañándolo en la fórmula o en el equipo de gobierno; en opinión personal, podría ser un excelente secretario General del Ayuntamiento, posición desde la cual tendría todo para servir con dignidad a los escuderenses de la cabecera municipal y de las comunidades rurales, y a la vez proyectar su imagen para que en el 2018 se erija como el candidato natural del PRI. Es cuestión de actuar con madurez política y no anteponer los intereses personales o de grupo al interés general de la población.
Noé Acevedo, de familia muy conocida en la colonia San José, hermano nada menos que de doña Naty, por muchísimos años mecanógrafa estrella de la agencia del Ministerio Público, es un profesionista con un alto espíritu altruista que en los últimos meses se ha dedicado precisamente a actividades filantrópicas, gestionando y ejecutando obras en colonias de la cabecera y comunidades, acorde con su profesión en el ramo de la construcción. No habría en este momento mejor director de Obras Públicas, incluso no sería descabellado proponer una modificación a la legislación municipal para elevar esa área a rango de Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, porque bien lo merece ya el municipio. Nadie pondría en tela de juicio el nombramiento de Noé como titular de esa área, desde donde seguiría en ascenso su carrera política, con miras a un futuro no muy lejano, pues hay que insistir en que ambos tienen consigo ese invaluable tesoro que se llama juventud.
Sí, Saúl va por la tercera, que puede ser la vencida si el PRI aprovecha la experiencia, capacidad, compromiso y liderazgo que representa su candidatura, pero sobre todo si valora la lealtad con la que se ha conducido siempre hacia ese instituto político. ¿Otra vez Saúl? Podrían cuestionar sus detractores, pero recuerden que, por citar sólo dos ejemplos y guardadas las proporciones, Luis Walton Aburto logró ser alcalde de Acapulco hasta el cuarto intento, y Lula, de Brasil, contendió tres veces antes de ganar la presidencia de aquél país.
En estos tiempos de convulsión social en que la unidad debe ser premisa fundamental, nada conviene más al priismo escuderense que salir fortalecido internamente, para aspirar a posibles alianzas con otros institutos políticos, y estar en condiciones de competir con quién le pongan enfrente. Que no se olvide que en el anterior proceso electoral Saúl perdió no ante la propuesta, ni el carisma ni la capacidad de sus oponentes. Perdió ante el poderoso caballero que es don dinero, derrochado por quien ahora es alcaldesa, y las malas mañas y el juego sucio y perverso del ex alcalde Porfirio Leyva Muñoz, hermano del imberbe doctor Leonel, quien abanderó al PRD.

Arenillas

Hace unos días, en Acapulco, arribaron a una reunión con el gobernador Rogelio Ortega Martínez un grupo de perredistas, encabezado por Oscar Chávez Rendón. Iban ahí aspirantes a alcaldes de municipios de la Costa Chica, y también el ex presidente municipal de Juan R. Escudero, Porfirio Leyva.
Con ellos iba arrimado un individuo de mirada perdida, desaliñado, nervioso, pegado a Porfirio. Era su hermano, el médico Leonel Leyva Muñoz. Iba Porfirio para allá, y allá iba él, iba el ex alcalde para el otro lado, y también su hermano. Este que escribe lo identificó y junto con otros dos periodistas lo abordaron con la intención de hacerle una entrevista respecto a sus aspiraciones a la alcaldía. Visiblemente nervioso, escurridizo, tartamudeando, Leonel Leyva evadió las preguntas y literalmente corrió a refugiarse a la sombra de su hermano, le consultó y cruzaron dos o tres palabras y de inmediato se alejó a distancia considerable a sentarse bajo unas escaleras eléctricas, cubriéndose el rostro con algo que parecía una revista o un fólder. Era como si Porfirio le hubiera dicho: “Escóndete, no des ninguna entrevista”.
Este reportero y compañía optaron por respetar el bochorno del personaje y ya no le dieron mayor importancia. Lo que sí quedó claro es quién manda, quién realmente quiere la alcaldía por segunda vez. ¿Será tan ciega la gente de Juan R. Escudero como para volver a dársela?. Saludos.

Comentarios: fjflores722@gmail.com  


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