Chicotazos • El factor Jacko XI (El debate que viene) Por Francisco Javier Flores V.

Chicotazos

• El factor Jacko XI

(El debate que viene)

Por Francisco Javier Flores V.

Después del debate presidencial, visto por millones de mexicanos no solamente por televisión sino a través de las diversas plataformas digitales de las que ahora disponemos, las tendencias –que hasta hace poco colocaban como puntero a López Obrador- parecen ahora alinearse en torno a la coalición Por México al Frente representada por el candidato Ricardo Anaya Cortés.

El desempeño que tuvieron los participantes en este nuevo formato avalado por el Instituto Nacional Electoral, que incluyó preguntas directas de los moderadores y un manejo de tiempos estricto y equilibrado, confirmaron que el más joven de los contendientes cuenta no solamente con las suficientes agallas para enfrentar los graves problemas que aquejan a México, sino también con la capacidad y preparación necesarias.

No por nada 903 líderes ciudadanos, miembros de la academia, la política, iniciativa privada y sociedad civil –convocados por el prestigiado diario nacional Reforma- de los principales centros poblacionales del país como Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México vieron como ganador al candidato del también llamado Frente Ciudadano por México integrado por PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.

Esta tendencia en favor de Anaya indudablemente tiene que replicarse hacia los estados y municipios donde también se llevarán a cabo elecciones, y en el caso particular de Acapulco fortalece aún más la aspiración de quien ha venido experimentando un crecimiento impresionante en cuanto a posicionamiento no solamente al interior de los partidos que lo postulan, sino entre la sociedad civil de donde proviene: Joaquín “Jacko” Badillo Escamilla.

Y es que quien era visto con cierto recelo por algunos políticos tradicionales y ciertos sectores de la población, más influenciados por lo que se dice en redes sociales que por el conocimiento real de la persona, hoy han abierto no solamente los brazos, sino también la mente y los corazones a un joven impetuoso, que al igual que Anaya cuenta no solamente con el valor, sino también con el talento y los méritos académicos que ningún otro de los aspirantes posee. A ello hay que agregarle la chispa, el carisma que desborda Jacko, “chaparrito pero picoso”, como se autodefine, y que una vez que alguien lo conoce y lo trata, automáticamente borra esa mala imagen que sus malquerientes han querido crearle.

En espera de los tiempos legales que marca la legislación electoral, Jacko Badillo arma su equipo de trabajo de la mano de los tres partidos que lo postulan, cuyos dirigentes –hay que resaltar- han logrado amalgamar posiciones y trabajar en un solo sentido, más allá de diferencias ideológicas, anteponiendo el interés supremo que es rescatar a nuestro bello Acapulco de la problemática que atraviesa.

En tanto, Jacko no deja de prepararse. A punto de concluir su doctorado en Administración y Políticas Públicas, también, engallado por el desempeño excepcional de Anaya en el debate presidencial, ha sido el primero en levantar la mano y solicitar, humilde y respetuosamente como siempre lo pondera, que en Acapulco se aplique un ejercicio de deliberación en los mismos términos. Habría que estar pendientes a ese debate que viene.