martes, 1 de noviembre de 2016

Ingobernabilidad en Guerrero, herencia de Ortega: Duarte

Ingobernabilidad en Guerrero,
herencia de Ortega: Duarte

* Su administración, fincada en la improvisación y la ocurrencia; el principal logro de Astudillo, recuperar el gobierno, reconoce el diputado calentano por el PRD

Redacción/Rebelde

Isidro Duarte, diputado local.
Guerrero recuperó la brújula, la ruta y la gobernabilidad tras la crisis política heredada por la inexperiencia del gobierno de Rogelio Ortega Martínez, consideró el diputado Isidro Duarte Cabrera.
Entrevistado para conocer su punto de vista sobre el primer año de la administración de Héctor Astudillo Flores, el legislador calentano señaló que el principal logro de la actual administración fue reconstruir el gobierno.
Dijo que luego de los trágicos hechos del26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, donde desaparecieron 43 normalistas y tras la renuncia al cargo de gobernador de Ángel Aguirre Rivero, la entidad entró en una crisis política que derivó en ingobernabilidad.
El poder ejecutivo no solo perdió liderazgo sino legitimidad, ya que al no haber llegado mediante una elección ni el consenso de la mayoría de los grupos políticos el gobierno de Rogelio Ortega no tuvo credibilidad.
Se trató de un gobierno fincado en la improvisación y la ocurrencia que jamás tuvo un plan de trabajo; ni capacidad para establecer políticas públicas en beneficio de los guerrerenses y mostró su ineficacia.
Además, señaló el legislador, la falta de acción y resultados generó la apatía social, un sentimiento de frustración y animadversión hacia el gobierno, que debilitó la credibilidad en las instituciones y mostró la incompetencia de un aparato burocrático, costoso e ineficiente en el quehacer político.
Las secretarias de estado actuaban a su libre albedrío, sin atender los reclamos sociales y los programas y la obra públicos dejaron de realizarse.
Como lo señaló el gobernador Astudillo en su informe, el presupuesto federal dejo de ejercerse y muchos programas sociales se desperdiciaron.
Los conflictos no fueron atendidos ni valorados en su justa dimensión, los damnificados por los huracanes Ingrid y Manuel no recibieron el apoyo federal;   el conflicto magisterial fue dejado en manos de la federación; las policías comunitarias se desbordaron al no plantearse un marco jurídico para su actuación y  la delincuencia se enseñoreo en todo el territorio guerrerense.
Los conflictos rebasaron la capacidad de respuesta del gobierno local, las instituciones se debilitaron y prácticamente el poder ejecutivo, la cabeza a del gobierno se convirtió en una figura decorativa, que dejaba hacer y dejaba pasar todo.
El gobierno de Ortega dejó de cumplir sus obligaciones fiscales y a ello obedece un adeudo superior a los seis mil millones de pesos en Impuesto Sobre la Renta al SAT y que la actual administración haya recibido un estado en quiebra y con un déficit de 18 mil millones de pesos.
Más aún abundó, no había obras y mucho menos rendición de cuentas. La sociedad percibía excesos de poder y dispendio de los recursos.
El presidente de la Comisión de Desarrollo Agropecuario y Pesquero, declaró que independientemente de la filiación política, tenemos que reconocer que el actual gobierno que encabeza Héctor Astudillo ha logrado en un año recuperar el control de gobierno, darle seriedad al poder ejecutivo, reactivar la obra pública, atraer inversiones y reactivar la economía.
La interlocución con los grupos sociales se ha recuperado, señala el diputado de extracción perredistas, gracias a ello se levantó el plantón que por más de dos años mantuvo la Coordinadora de Trabajadores de la Educación Guerrero ( CETEG) en el centro de la ciudad capital.
De hecho, comentó, hay un diálogo permanente con los diferentes grupos políticos, con los empresarios, los partidos políticos y un trato de respecto con los poderes legislativo y judicial, que permite los consensos y permite la gobernabilidad. Hoy tenemos un equilibrio de fuerzas políticas que contribuye a fortalecer las instituciones, apuntó.
Los encargados de despacho atienden y comprenden su quehacer en las secretarías de estado, se atienden la demanda social y se dan respuesta concretas; se informa sobre la actividad pública y se rinden cuentas, estamos regresando a la normalidad democrática luego del caos generado en una transición complicada y catastrófica, apuntó Duarte Cabrera.
En materia de seguridad, apuntó, se ha logrado la coordinación de los tres niveles de gobierno para combatir la delincuencia y ello, según las cifras dadas a conocer ha disminuido los índices de violencia, sobre todo en materia de asesinatos culposos; se ha hecho lo posible pero desde luego que no ha sido suficiente, aún falta construir la policía única y prevenir el delito mediante la inversión social.
Hoy tenemos gobierno, del que somos oposición, pero no enemigos y consideramos que el reto es lograr acuerdos en lo fundamental que nos permitan recuperar la confianza de los guerrerenses no solo en el  gobierno, sino en los mismos partidos políticos y la política a partir de los tres ejes planteados por Héctor Astudillo, recuperar el  estado de derecho y la seguridad pública; combatir la corrupción e impulsar un nuevo esquema de desarrollo social para sacar al 70 por ciento de los guerrerenses de la pobreza.
Cuestionado respecto de que si la ingobernabilidad fue una herencia de los gobiernos perredistas, Duarte Cabrera aclaró que Rogelio Ortega no militaba en el PRD y fue una propuesta de la corriente de los Chuchos y un acuerdo con el gobierno federal.
No se le puede echar la culpa al PRD de los errores humanos, de la falta de experiencia política y de la incapacidad para trabajar en equipo y en bien de los guerrerenses.

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