¡VOY MANO!
2015: De políticos, chantaje y traición
Por Emilio García Cárdenas
No hay que fiarse de todo aquel que llora, dice el refrán
cuya verdad se comprueba, por cierto, en el ámbito de la política, y aplica
tanto para hombres como mujeres. Déjenme y les cuento, porque hay historias que
vale la pena saber. Corría el mes de mayo del año 2012 en la Costa Chica de
Guerrero, en plena efervescencia electoral por la renovación de prácticamente
todos los espacios de poder en el país, a excepción de algunas gubernaturas,
como la de esta entidad. Quien escribe andaba de jefe de prensa en esa zona. La
campaña más fuerte y amplia era por el distrito 08 federal, a cargo del
dirigente estatal de CODUC, Sebastián de la Rosa Peláez, quien se la ganó en
tribunales a Óscar Chávez Rendón, dirigente de la corriente Izquierda
Democrática Nacional (IDN). La dirigencia nacional del PRD argumentaba la
necesidad de dejar la candidatura en manos de quien consideraban el más
competitivo, es decir Sebastián de la Rosa, lo que para Óscar Chávez fue una
imposición, y las protestas no se hicieron esperar, con marchas y mítines por
toda la región. Uno de los personajes más activos en esas protestas era el
alcalde de Juchitán, Jesús Marcial Liborio, mejor conocido como “el Chule”,
miembro de IDN y muy amigo de Óscar Chávez. Cuando tomaba el micrófono, decía
que no dejarían ganar a Sebastián por haber sido impuesto por los Chuchos y
porque además no era originario de la Costa Chica. A la postre, Marcial Liborio
fue el candidato a otra diputación, pero la local, por el distrito 15 que
comprende Juchitán, Marquelia, Azoyú, Igualapa, San Luis Acatlán y
Cuajinicuilapa, y su sentencia de hacer hasta lo imposible por evitar el
triunfo de su par federal la cumplió, pues fue vox populi que le hizo contra
campaña, pidiendo a la militancia de su distrito que votaran a favor de
cualquier otro candidato. Por su parte, el aspirante a suceder al “Chule” en la
alcaldía era Demetrio Guzmán Aguilar, quien fuera de 2005 a 2008 el presidente
instituyente (nombrado por el Congreso) de Juchitán cuando éste se segregó del
municipio de Azoyú. Guzmán Aguilar, compañero de corriente de Sebastián, a
pesar de en otro momento haber apoyado la aspiración de Marcial Liborio para
convertirse en alcalde, también pagó el precio y estuvo a punto de perder la
elección cuando “el Chule” llamó a sus seguidores a votar por el candidato a
alcalde por el PAN. Tanto Sebastián como Demetrio y el mismo Jesús Marcial
Liborio están hoy cumpliendo y casi finalizando sus respectivos encargos, pero
la historia se repite para “el Chule”; nuevamente protesta airado y declara en
los medios por lo que considera una imposición, sólo que esta vez en contra de
su ex líder Óscar Chávez, quien ya no es –oh sorpresa– el costeño bien nacido
que fue hace tres años, sino alguien que ni siquiera vive en el distrito, un
impostor favorecido por los arreglos de la cúpula, beneficiario de los
“arreglos y caprichos de los aguirristas”. El todavía diputado local anunció su
renuncia al Partido de la Revolución Democrática y adelantó que el próximo
domingo unos 10 mil simpatizantes suyos harán pública su renuncia en la plaza
de Marquelia, y anticipa un dato que de ser cierto, aunque suene absurdo,
pudiera incendiar a la Costa Chica: que fue excluido “por negro” y que buscará
interponer una queja por discriminación. Si no ando mal de la vista y veo negro
en lugar de blanco, sé que todos los personajes enunciados en esta nota son de
piel oscura. Pero ahí está el dato para el Morena donde dicen que pretende
refugiarse el famoso “Chule”: No se fíen de todo aquel que llora. PD: Otra que
se lamenta –y la mienta– es Abelina López, la diputada local que no fue lanzada
para diputada federal. Pero esa es otra historia…
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