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El alfil de Walton
Por Emilio
García Cárdenas
Emilio García Cárdenas. |
Aunque apenas hoy comienzan las campañas formales de
los candidatos a la gubernatura del estado, desde hace unas semanas vienen desarrollándose
las campañas negras, mejor conocidas como“guerra sucia”, las cuales consisten
en hacer señalamientos de errores entre los actores políticos y denuncias de
todo tipo, sin recato y sin importar el sustento.
Por supuesto que hay regulaciones que obligan a los partidos
y los candidatos a abstenerse de expresiones que denigren a las instituciones o
que calumnien a las personas; sin embargo, por debajo del agua, la guerra sucia
entre políticos no se detiene y se emitea través de losdistintos medios de
comunicación.
De parte de los principales partidos que contienden
por el gobierno de Guerrero, sus abanderados, Beatriz Mojica Morga y Héctor
Astudillo han expresado su intención de llevar a cabo una campaña de altura
donde no quepa el infundio ni la denigración. Empero, un tercero en discordia, Walton,
da visos de que no le interesa cumplir las normas de civilidad política, y
graciosamente envía a un alfil a hacer el trabajo sucio.
Ese alfil es Ricardo Mejía Berdeja, quien mucho más
elocuente que todos los perredistas juntos que fueron desplazados de las candidaturas, demuestra
que sangra mucho por la herida, denuesta sin ton ni son y deja en claro el
enojo y decepción de los dirigentes del Partido Movimiento Ciudadano en contra
de los dirigentes del PRD, luego de que éstos decidieron no ir con candidatura
común con Luis Walton a las elecciones del próximo 7 de junio.
A saber, los ataques verbales y ampliamente
promovidos en los medios por el también coordinador de campaña de Walton versan
en el sentido de que “al PRD en Guerrero lo encabeza Peña Nieto”, que “va en
picada” y que “negoció Guerrero para quedarse con Michoacán”. No puede
probarlo, pero no le cuesta nada decirlo.
Ya el dirigente estatal del PRD, Celestino Cesáreo Guzmán,
le puso un estate quieto. Palabras más, palabras menos, le dijo que es un
“bocón”, y a su candidato (Walton) que “estaba en la lona”.
Mejía Berdeja no es guerrerense; él nació en Torreón,
Coahuila, donde inició su carrera política en el PRI, del que fue diputado
local de 1994 a 1996. En 1997 dejó al tricolor y se acercó al PRD
cuando Andrés Manuel López Obrador era el dirigente nacional.
Hoy es, como el de Macuspana,
todo un gallito de pelea, ducho en el discurso beligerante. Además, su maestro
en el Congreso de la Unión fue el diputado federal Ricardo Monreal Ávila, otro ex
priísta convertido en radical izquierdista.
Dudo que Luis Walton, con las
cargas negativas que tiene y porque no se le da el uso claro de las palabras,
se suba al ring de las descalificaciones como ya lo hizo su coordinador de
campaña, Mejía Berdeja, a quien por cierto Walton le obsequió esa diputación federal
plurinominal por la cuarta circunscripción, que comprende a Guerrero, cuando era
el mandamás del antiguo Convergencia.
Está claro que quien va a dar de
qué hablar en esta campaña por el MC no es Walton, sino Ricardo.
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