Nada Personal
·
Héctor y Evodio en la cuerda
floja
Por Kenia
Guzmán Pérez
Kenia Guzmán Pérez. Periodista. |
El nombramiento de un mando de la Marina en la
Secretaría de Seguridad Pública de Acapulco viene a traer confianza entre la
población acapulqueña, por la buena fama de los marinos. Así como el
nombramiento de un vocero oficial encargado de los asuntos de seguridad.
Y lo digo por los comentarios favorables que he
escuchado al respecto por parte de gente preocupada por la inseguridad de
nuestro puerto, que lo ven con buenos ojos.
Dicen los que saben que con este nombramiento se esperan buenos resultados.
¡Ojalá y Dios los oiga!
Dicen que con ello le están amarrando las manos a
muchos malandrines que operan desde la Policía Preventiva y le están cerrando
el paso a todos aquellos que se confabulan con los malos. A pesar de que en las puertas de las instalaciones
de la Armada de México en Acapulco han dejado mantas o cartulinas amenazantes
estos no han cejado en sus funciones o no se sienten amedrentados.
Y el vocero viene a hacer el trabajo de los inútiles
del gobierno estatal comenzando por los encargados de la Secretaría de
Gobernación y Comunicación Social, que sirven para dos cosas (para nada) y poco
le han ayudado al gobernador Héctor Astudillo quien se tiene que defender
solito en su página de Facebook. Pero que tal los cobros al erario público.
Creo que el gobernador está en su momento de hacer ajustes y de ver quien le
sirve o no en su mandato, que no meta las manos por gente que no se preocupa
por ayudarle, porque si él se sacrifica por ellos, el sacrificado al final de
cuentas será él. La cabeza que será cortada no será ni de Florencio Salazar ni
de Erika Lurhs, el gobierno federal o la sociedad en general pedirá la cabeza
de él.
Está a tiempo el gobernador de hacer cambios y de no
obedecer tontos intereses políticos que ponen en riesgo su valioso puesto. Es
él o sus discípulos. No hay duda que su gente no ha dado resultados. Igual como
no está dando resultados Evodio Velázquez, a quien ya no cabe duda que le quedo
grande el puesto. Y que puede ser el que
va a pagar los platos ratos. Así se vaya a pedir cobijo al PRD nacional. La
ciudadanía acapulqueña ya no lo va a sostener y nada más hay que ver lo que se
escribe en las redes sociales es el sentir general de la gente de Acapulco.
Los dos (Héctor y Evodio) han sido gobernantes que
no están a la altura de un fenómeno social
que nos están golpeando como es el crimen organizado. Su baja estatura
gubernamental no les permite poner orden en un estado bronco como Guerrero, se
necesita mucho valor social (como el que tuvo Rubén Figueroa Figueroa en su
tiempo) para imponer el orden. Mucha gente que aún vive y recuerda esos tiempos,
comenta como se combatía la inseguridad social, la delincuencia común de ese
entonces, con mucho valor y blanquillos del entonces gobernador y su séquito de
seguridad pública, que tanta mala fama le trajo pero le dio seguridad al
estado.
Había paz y tranquilidad entre la gente. No existía
esta zozobra. Se daba el aludido estado de derecho ¿no?. Entonces eso queremos
ahora. No estar al mando de los malos, de la gente que tiene nublado el
cerebro.
Lo cierto con estos dos nombramientos es que tanto
Héctor como Evodio están en la cuerda floja. Se denota que la federación se le
está llenando el buche de piedritas y tiene que poner orden en el estado. Y el nombramiento de estos dos personajes es
un buen síntoma de que desean poner orden en Acapulco y en el Estado, le
parezca y pisen los callos de quienes sean. El reclamo social ya es
inaguantable y eso no lo ven ni Héctor ni Evodio, pero la federación si lo
vislumbra a largo plazo, no les conviene un estallamiento social o que la gente
comience a hacerse justicia por su propia mano. En fín amigos ojalá que estos
nombramientos sean para bien de todos nosotros y que ¡Dios nos cubra con su
manto sagrado!
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