sábado, 9 de julio de 2016

Nada Personal. * ¿Armarse o morir en el intento? Por Kenia Guzmán Pérez

Nada Personal

* ¿Armarse o morir en el intento?

Por Kenia Guzmán Pérez

Kenia Guzmán Pérez. Periodista.
En las últimas fechas han ocurrido en Acapulco tres casos sorprendentes de autodefensa en contra de la llamada narcoviolencia o inseguridad, como le llama el gobierno. Lo cual es un síntoma de lo más grave que puede ocurrir más adelante, cuando las personas enfadadas de los llamados cobro de cuotas o piso, pueden llegar a reaccionar y hacerse respetar por la delincuencia organizada.
Hace algunos años, el abogado perredista Ramón Almonte Borja, quien fungía como secretario de Seguridad del Gobierno de Ángel Aguirre, declaró algo muy grave para el cargo que ostentaba, pero algo muy cierto de la vida real, al señalar que la inseguridad no le dejaba a los ciudadanos más que el armarse y hacerse justicia por mano propia. Fue muy criticado obviamente. Pero hoy vemos que tenía la razón. 
El gremio de transportistas, en caso especial los taxistas, han sido en los últimos diez años los más golpeados por la violencia. Los distintos grupos delictivos y cualquier delincuente común y corriente, se sienten con derecho de exigir un pago de cuotas periódicas por “dejarlos trabajar”, de no ser así atenerse a rafagueos de sitios, asesinatos de taxistas, levantones, etc. Obvio que toda esta pesadilla ya cansó a los transportistas quienes han sido caracterizados por su unidad y bravura para defender su trabajo. Es admirable su solidaridad y organización, como es la CETIG o la COSTEG (fundada por el fallecido José Luis Torreblanca), entre otras organizaciones importantes de taxistas, rutas alimentadoras etc.
Por lo tanto son el primer gremio de la sociedad acapulqueña que están reaccionando ante esta narcoviolencia y que están siendo aplaudidos por una ciudadanía cansada de la estela de muertos que diario desfilan en las colonias populares de Acapulco. Tal vez no es la forma, ni la solución, pensarán y opinarán los pacifistas. Pero lo cierto es que la violencia genera más violencia. 
Los empresarios, otro grupo fuerte de Acapulco, también han amenazado con armarse aunque a la fecha no se ha dado ningún hecho delictivo que los ponga en el mismo caso. Pero lo más seguro es que sí poseen armas para defenderse y lo harán en su oportunidad.
Ahora, que pasará con el resto de la ciudadanía indefensa, que no se encuentra dentro de algún grupo fuerte que los apoye. Qué va a pasar con el acapulqueño de las misceláneas que constantemente con asediados por “la maña”, los del mercado, los maestros que han sufrido muchos secuestros, las escuelas que aún no están dentro de los programas de seguridad del Ejército. ¿También se comprarán un arma para defenderse y disparar en defensa propia como lo hizo el médico que mató a su agresor en días pasados?.
Quien tenga la capacidad y el valor de adquirir una pistola, un rifle o hasta un “cuerno de chivo”, yo creo que de ahora en adelante lo hará. Lo malo es que se podrán defender pero al final de cuentas la ley también se le aplicará a él, y podría salir perdiendo. Aunque en este país ya sabemos que todo puede suceder.
Me preguntaba alguien el otro día, platicando de este tema: ¿Cómo cuánto cuesta una pistola?, usada por supuesto, que son las que más se venden en el mercado negro. Desconozco la verdad, le dije. Pero el precio ya no es lo que importa, es la decisión a la que está llegando la gente. ¿Ustedes que opinan?


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