miércoles, 24 de enero de 2018

Chicotazos * De Zeferino a Jacko (Es igual pero no es lo mismo) Por Francisco Javier Flores V.

Chicotazos

* De Zeferino a Jacko (Es igual pero no es lo mismo)

Por Francisco Javier Flores V.

Hace casi 20 años –en 1999-, Acapulco vivió un episodio político que podría, no sin ciertas variantes, volver a repetirse: En una coalición de facto con el Partido Acción Nacional, ya que éste no presentó candidato para facilitarle el camino, el Partido de la Revolución Democrática ganó la presidencia municipal de Acapulco con un personaje de la sociedad civil, particularmente de la clase empresarial: Zeferino Torreblanca Galindo.

Esta vez, con el registro del empresario Joaquín Badillo Escamilla como precandidato del PRD a la alcaldía bajo la figura de externo, el PRD abre nuevamente la posibilidad de que un personaje emanado de la sociedad civil sea su propuesta, lo que lo estaría poniendo con pie y medio en la candidatura del llamado Frente Ciudadano por Guerrero.

Esta situación que de entrada pudiera parecer igual, en realidad reviste una gran diferencia tanto por los orígenes de ambos personajes como por su trayectoria, pero sobre todo por su disímbola personalidad.

Hasta antes de ser postulado como candidato Torreblanca Galindo solamente era conocido en las altas esferas sociales. Como dirigente empresarial, sobre todo en la Cámara Nacional de Comercio siempre estuvo ligado y cuidando los intereses de la gente del dinero, de los patrones pues. Nunca, ni por error, se le vio en acciones en favor del pueblo, en labores de altruismo, vaya, ni siquiera de gestión. Él era un representante de los ricos… nada más.

Aquí surge una de las primeras similitudes pero también una gran diferencia entre uno y otro. Joaquín Badillo Escamilla, además de representante de los empresarios a través de la Coparmex y actualmente como presidente del Consejo Coordinador Empresarial en Guerrero, cuenta ya con una trayectoria de trabajo con las clases más desprotegidas a través de la fundación JACKOmienza, que preside.

De unos tres años a la fecha, después de no haber conseguido el objetivo de ser alcalde a través del Partido Verde Ecologista de México (Torreblanca también tuvo sus traspiés previos como candidato del PAN y luego del mismo PRD), el popularmente conocido como Jacko Badillo se ha dedicado a recorrer prácticamente toda la geografía municipal no solamente para conocer el territorio y las demandas y necesidades de la gente, sino llevándoles apoyos directos de todo tipo para menguar su precaria situación, labor que, valga decirlo, realiza con recursos propios.

Sí, ambos son empresarios. La diferencia es que uno, Zeferino, nació en Guadalajara, Jalisco y pertenecía a la clase acomodada, y el otro, Jacko, es auténticamente acapulqueño, de clase media y con fuerte presencia entre las clases populares por esa cercanía que ha mantenido con la gente de a pie, la del barrio, la de la colonia, la de la comunidad rural.

Uno, Torreblanca, nació y fue atendido en caros hospitales privados; el otro, Badillo, vio su alumbramiento en una clínica del IMSS; uno, el contador público, tenía sí una maestría al momento de ser electo como alcalde; el otro, el administrador de empresas, cuenta con un doctorado y sigue preparándose.

Sí, ambos son empresarios. Pero uno lo es por herencia de su padre, al que por cierto existen evidencias de que lo despojó de fea forma y actualmente incluso enfrentan un juicio; el otro construyó con base en su esfuerzo personal, su propio grupo empresarial.

Zeferino, con todo y que se ha dicho que ha sido el mejor presidente municipal que ha tenido Acapulco, los perredistas tienen el amargo recuerdo de que una vez arribando al poder les dio la espalda, los humilló, incluso los insultó, producto de ese carácter arrogante y soberbio que siempre le ha caracterizado. 

Jacko Badillo es la otra cara de la moneda. De carácter sencillo, es un personaje que le gusta convivir con la gente, saluda a todo mundo, ayuda, brinda palabras de aliento, habla con profunda franqueza y no pocas veces acompaña sus dichos con hechos. Es, en lenguaje coloquial, un tipo derecho, si algo no le parece, lo dice; si puede ayudar, lo hace; si no, por lo menos orienta. No da falsas esperanzas.

En un proceso en el que se registraron hasta siete aspirantes a obtener la candidatura perredista, la figura de Joaquín Badillo Escamilla emerge –tal como Zeferino en su momento- como el factor que puede unificar a las diversas expresiones políticas, primero, al interior del PRD, y después armar un verdadero trabuco con la incorporación de personajes destacados de los otros dos partidos del Frente –PAN y Movimiento Ciudadano- en la planilla por el Ayuntamiento de Acapulco.

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