“Ceiba
amorosa”: lucha ambiental
vs autoritarismo
gubernamental
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Lágrimas de impotencia
derrama la activista ambiental Mónica Corazón, luego de que el gobernador
Astudillo los desairó al no asistir a una reunión donde esperaban ser
escuchados en sus propuestas para preservar el emblemático árbol
Francisco
Javier Flores V.
Ayuno por la Ceiba Amorosa. |
El desaire hecho por el gobernador Héctor Astudillo
Flores el mediodía del pasado jueves 21de abril a los representantes de
diferentes asociaciones defensoras de la ceiba del puente Bicentenario, a
quienes citó para una reunión personal en Acapulco y no asistió, vino a echar
la última palada de tierra al sepulcro de ese árbol que fue condenado a muerte
días antes por los regidores del cabildo porteño, quienes de manera furtiva
aprobaron que fuera removida del lugar donde se encuentra.
A pesar del soporte legal que de cierta manera
obligaría a las autoridades a mantenerla en su sitio, como lo es el acuerdo del
cabildo anterior que declaró a la ceiba árbol especial protegido y patrimonio
municipal, y de las propuestas sustentables presentadas por los defensores
ambientalistas que pemitirían al Acabús circular sin mayor problema por esa
zona, el gobierno estatal mantiene un obsesivo empeño en que sea removida,
alentado por el principal promotor de esa iniciativa, el asesor de proyectos
especiales del mandatario estatal, el ecuatoriano Fernando Donoso Pérez.
Las lágrimas derramadas por la activista ambiental
Mónica Corazón Gordillo, en los momentos en que era entrevistada por los medios
de comunicación minutos después de que se confirmara que el gobernador no
asistiría a la cita, sintetizan la impotencia ciudadana ante el autoritarismo
gubernamental y es la misma dama la que, lapidaria, sentencia: “El gobierno no
solamente está condenando a muerte de una manera arbitraria y terrible a la
ceiba, también está condenando la lucha ciudadana y la esperanza de la gente;
ese es el mensaje que le estamos enviando al mundo y a las nuevas
generaciones”.
Desaire, el circo y el chango
Con fecha 14 de abril, el jefe de la Oficina del
Gobernador, Alejandro Bravo Abarca, envió un oficio a los defensores
ambientalistas, notificándoles que “en respuesta a su solicitud de audiencia
con el Lic. Héctor Antonio Astudillo Flores (…) en la que desea plantearle
algunas propuestas relacionadas con la ceiba amorosa (sic) de Acapulco, informo
a usted que la audiencia solicitada será el día jueves 21 de abril, a las 12:00
horas en las oficinas en Costera 125, en la ciudad y puerto de Acapulco”.
Copia del oficio, enviado al urbanista Domitilo Soto
González, en su calidad de miembro de la Asociación de Líderes de Opinión, obra
en poder de este reportero.
Puntual, una comisión de representantes acudió a la
cita. Sin embargo, en el lugar fueron informados que el mandatario estatal no
acudiría pero que en su lugar los atendería el asesor Fernando Donoso, el
principal promotor de que la ceiba sea removida y quien, apenas un día antes,
en la sesión semanal de la Asociación Civil Acapulco (Grupo ACA) a la que
asistió como invitado, habían tildado a los ambientalistas como “lucradores
sociales”.
Los defensores de la ceiba tenían la intención de
plantearle personalmente a Astudillo al menos tres propuestas sustentables que
permitirían la operación del sistema de transporte Acabús –proyecto por el cual
se insiste en remover la ceiba pues se argumenta que estorba- manteniendo el
árbol en su sitio, sustentados por estudios técnicos y de movilidad urbana.
Cuando fueron enterados que no los atendería
Astudillo, enfáticos se negaron a reunirse con Donoso. “Queremos hablar con el
dueño del circo, señorita, no con los changos”, justificaron ante la
secretaria.
-
Me dijo chango, ¿eh?_ recriminó Donoso a la
activista de Guerreros Verdes, Irma Sánchez.
-
¡Ay Fernando, si los changos
son bonitos!_
le reviró ésta.
El grupo de personas abandonó la oficina donde sería
la reunión, para enseguida desplegar una lona que llevaban exprofeso, con
consignas a favor de la ceiba, y realizaron una parada cívica durante varios
minutos en protesta por el desaire del gobernador del estado.
Lágrimas de
impotencia
Aún en el vestíbulo de las oficinas gubernamentales,
en una salita de espera, reporteros de algunos medios de comunicación
solicitaron entrevistas con los defensores ambientales. Mónica Corazón
Gordillo, cuya participación siempre ha sido discreta y pocas veces suele tomar
la palabra, esta vez se animó a hablar ante las grabadoras.
“Venimos con la ilusión de presentarle al gobernador
las propuestas para que, conociendo su sensibilidad en muchos sentidos, y su
experiencia, pudiera modificar la suerte a la que los regidores que
traicionaron a la ciudadanía, condenaron a este árbol”, dijo de entrada.
Lamentó que se insista en el traslado, cuando en
opinión de los expertos –entre ellos el director de Ecología municipal- solamente
existe un 10 por ciento de probabilidades de que la ceiba sobreviva, y que para
ello tendría que someterse a por lo menos año y medio de cuidados intensivos,
más allá de que la maniobra, que sería realizada por una empresa alemana,
costaría, según ha trascendido, alrededor de 5 millones de pesos.
Consideró como “una cosa extremadamente triste la selección
de funcionarios del gobernador, los denominados asesores, porque el señor
(Donoso) nos llamó “lucradores sociales”, como si de esta lucha, que es una
lucha que es sumamente difícil –porque el medio ambiente al final a nadie le
interesa, como si tuviéramos otro planeta donde vivir-, el señor no solamente
hace eso, nos denosta, se burla de nosotros, pero además nos estigmatiza con
adjetivos fuera de lugar; yo no entiendo cómo el gobernador, siendo una persona
tan sensible, con conciencia humana, un hombre de fe y de buena lucha, tiene
alrededor de él a personas que se burlan de los ciudadanos”.
Ya con la voz entrecortada, Corazón Gordillo
advirtió que “estamos en una época en
donde por nuestro estado y nuestra ciudad corren mares de sangre; la
conservación de la ceiba tiene muchos significados viva, porque para qué la
queremos muerta, ¿para recordarla y llorarla y golpearnos los que no hicimos
nada?”.
Añadió que es “el símbolo de vida, de
sustentabilidad y de esperanza en muchos sentidos; de esperanza en Guerrero, en
Acapulco y de esperanza en esta pesadilla que estamos viviendo de miedo, de
violencia, que no la podemos llegar a comprender exactamente, y que ni las
autoridades pueden detenerla. No es justo que esté siendo removida por
intereses particulares, está siendo condenado a muerte (nudo en la garganta y
pausa) de una manera arbitraria y terrible”, expresó ya con las lágrimas
humedeciendo sus ojos.
Finalmente, destacó que la preservación de la ceiba
“no es una lucha a nivel local, la ceiba está apoyada por amigos de Barcelona,
Madrid, Tokio, Italia, Milán, Ecuador, y por diversas asociaciones; ese es el
mensaje que se decide que Acapulco mande al mundo, un mensaje de impunidad,
donde las autoridades están encima de los derechos y de lo que sea por cumplir los
caprichos y los intereses de particulares; esto es Guerrero, esto es Acapulco”.
Este domingo 24 de abril, los ambientalistas iniciaron ayunos rotativos y tenían programados una huelga de hambre y plantón permanente para tratar de revertir la decisión gubernamental; sin embargo, tras los hechos de violencia ocurridos la noche de ese mismo domingo en este puerto -de todos ya conocidos- suspendieron estas actividades e informaron que se avocarán únicamente a la lucha jurídica que darán en tribunales mediante amparos.
Ese día, el ayuno lo inició, precisamente, la activista Mónica Corazón.
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