Epístolas
Surianas
(Carta a Don
Héctor)
De Julio Ayala Carlos
Julio Ayala Carlos. Periodista. |
ES, POR DEMÁS, SOSPECHOSO.
Cuando a toda costa el GIEI pretende quedarse en el país, a pesar de sus nulos
resultados en la investigación de la desaparición de los 43 normalistas
ocurrida en Iguala, la CNDH le da no sólo un pretexto, sino un motivo para hacerlo.
Un supuesto testigo protegido que asegura que no solo participaron policías
municipales de Iguala en la desaparición, sino también policías federales y
también policías municipales de Huitzuco, a donde se habrían llevado a un grupo
de los estudiantes hoy desaparecidos.
¿Y por qué a Huitzuco, que se
encuentra a 30 kilómetros de distancia de Iguala, y entre estos dos municipios
se encuentra Tepecoacuilco? ¿Por qué recorrer tantos kilómetros con los
estudiantes para que su destino lo decida el patrón? La respuesta, aunque
perversa parece ser lógica. Porque en Huitzuco vive y manda Rubén Figueroa
Alcocer, o eso creen, y el ex gobernador, al igual que lo fue su padre, para
algunos son los enemigos del pueblo.
Así que si al GIEI se le cayó
su teoría de que en el basurero de Cocula no fueron incinerados los jóvenes
normalistas aquel 27 de septiembre del 2013, toda vez que incluso su
investigador estrella, José Torero, reculó, había que buscar una “nueva ruta de
desaparición”, y qué mejor que Huitzuco, donde suponen que gobierna y manda
Rubén Figueroa Alcocer, al fin que ya está señalado de asesino, y por más que quiera, nunca se va a quitar el
señalamiento.
Y es que extraña que a 19
meses de lo ocurrido en Iguala, cuando el GIEI busca argumentos para quedarse
en el país, con el pretexto de continuar investigando la desaparición de los
normalistas, a pesar de que en todo un año nada ha logrado, la CNDH haga
pública la declaración de un testigo protegido al que le da todo el valor de
que así como lo dice, así ocurrieron los hechos.
Hay que decir que, aunque ya
es cosa juzgada, a Rubén Figueroa Alcocer se le señala por diversas
organizaciones sociales y grupos que supuestamente defienden los derechos
humanos, de ser quien ordenó la matanza de Aguas Blancas, aquel 28 de junio de
1995, razón por la cual dejó el gobierno del estado. Y hay que decir que el ex
gobernador es hijo de otro ex gobernador, Rubén Figueroa Figueroa, quien acabó
con la guerrilla de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, en medio de lo que se conoce
como la “guerra sucia”.
Así que, por qué no apuntar la
desaparición hacia Huitzuco, en donde supuestamente vive y manda, además de que
no pocos son los que lo reconocen como “el patrón”? ¿Acaso no ha sido señalado
por algunos de mafioso al igual que algunos de sus allegados? ¿Quién diablos no
sabe que el ex gobernador es el que supuestamente manda en gran parte de la
zona Norte?
¿Quieren otro pretexto para
que se queden los del GIEI?
Y reitero. Por qué hasta ahora
saca la CNDH la “nueva ruta de los desaparecidos”? ¿Por qué el GIEI no le dio
la importancia en su momento, si como se dice, documentó que en el Puente del
Chipote, de Iguala, fue detenido un autobús lleno de estudiantes, los cuales
hoy señala la CNDH, de acuerdo a un testigo presencial de los hechos, que bien
puede ser un policía municipal de Iguala, algún policía federal o uno de los
policías presuntamente de Huitzuco, hacia donde supone que se los llevaron con
tal de que “el patrón” decidiera qué hacer con los normalistas?
A propósito, cómo es que la
CNDH busque coordinarse con el GIEI y no con la PGR en la investigación de los
43 normalistas desaparecidos? ¿Y cómo es que lleva una investigación paralela,
en vez de sumarse a la que realizan las autoridades federales, y en la que
también participaba el propio GIEI? Carajo.
Bien. Ya puede quedarse el
GIEI. Ya tiene un pretexto para hacerlo, pero creo que debe hacerlo con sus
propios medios, es decir, pagando su estancia, incluida su comida y los tragos.
Digo, así veremos si de verdad le interesa conocer la verdad de lo ocurrido el
26 de septiembre en Iguala. No se vale que les pague el gobierno federal, por
cierto en dólares, y aun así anden vociferando y hablando pestes, como ahora
sabemos lo hace el abogado de Tlachinollan, Vidulfo Rosales, quien encabronado
llama indios mugrosos y huevones a los padres de los 43 desaparecidos.
Y EN OTRO ASUNTO, YO CREO QUE
no debería importarnos la alerta del gobierno de los Estados Unidos de
Norteamérica para que los gringos dejen de visitar los destinos turísticos de
Guerrero, incluido Acapulco. La verdad es que muy pocos son los gringos que
visitan el estado, y los que vienen, lo hacen por amor a Acapulco,
Ixtapa-Zihuatanejo y Taxco, toda vez que, en efecto, la violencia existente no
es contra ellos.
Obvio, eso no quiere decir que
se deje de lado fortalecer la seguridad pública y el combate a la delincuencia,
pero también es cierto que nuestros destinos turísticos no dependen de la
visita de los gringos. Las cifras así lo demuestran.
Comentarios: julio651220@hotmail.com
+++
No hay comentarios.:
Publicar un comentario