martes, 10 de noviembre de 2015

Epístolas Surianas.¿Y a los niños, por qué? De Julio Ayala Carlos

Epístolas Surianas
(Carta a Don Héctor)
De Julio Ayala Carlos

El autor.
SIN DUDA QUE SER sanguinarios es su esencia, pero ¿por qué atentar, y quitarle la vida a los menores de edad, a los niños, si ellos, por sus escasos años, no pudieron hacerle daño a nadie? ¿Por qué tenían que matarlos, si en todo caso, fueron sus padres, o sus familiares, mayores ellos, los que pudieron haber cometido un hecho similar? ¿Por qué acabar con la vida de seres inocentes e inofensivos si ellos no tienen la culpa de lo que hacen los adultos? ¿Por qué?
Cierto es que hay una guerra, y no sólo del gobierno hacia los que integran el crimen organizado, sino también entre los grupos que lo integran, como consecuencia del tráfico de drogas, pero también por las plazas, por el territorio, como parte del dominio de un grupo sobre otro. Se entiende que esta guerra, estos pleitos son a muerte, pero….
Pero ¿por qué matar a los niños si ellos no tienen nada que ver con lo que hagan sus padres o sus familiares? No lo entiendo, y me resisto a creer que los menores de edad también tengan que pagar las consecuencias de esta guerra sanguinaria que incluso aterra a los adultos.
Sí. Nosotros, los que no tenemos que ver con las drogas, y con la delincuencia organizada, los que queremos vivir en paz, aún con un salario de hambre, y con todos los problemas del mundo, no tenemos, creo yo, por qué sufrir las consecuencias de esta guerra maldita que nos lastima a todos, quitándole la vida a seres inocentes.
Es obvio que esta guerra no va acabarse con más policías y soldados, o porque se encarcele a los jefes de la delincuencia, o porque se maten entre ellos, pues mientras haya miseria, mientras haya pobreza, habrá quien trafique con droga, y habrá quien se alquile para cumplir órdenes de acabar al adversario.
Sí. Me duele lo que ocurrió en Chilapa, como también lo que sucedió en Cuajinicuilapa, y me duele porque, como ya dije, los inocentes no tienen por qué pagar las culpas de otros, y porque toda esta barbarie significa que de nada sirve que el ser humano sea inteligente si se comporta, en hechos como éstos, como lo peor de todo ser viviente.
Me duele, y lo peor de todo es que parece que no hay cómo parar estos hechos, al menos en el corto plazo. ¡Qué tristeza!
Por cierto, ¿y Dios dónde está? ¿Acaso está tan ocupado en otras cosas? ¿O será que como en Sodoma y Gomorra, los pequeños, los niños, tampoco eran inocentes? ¿Será que el diablo, satanás, ganó este pleito, o es que acaso nos dejó en sus manos?
Y MIENTRAS Dios nos ampara y mejoran las cosas, te comento que este martes la fracción parlamentaria del PRD, que encabeza Sebastián de la Rosa Peláez, presentó su agenda legislativa, es decir, lo que pretenden hacer en materia de leyes a favor, dijo, no de su partido, sino de los guerrerenses.
La fracción parlamentaria del PRI, que encabeza la también presidenta de la Comisión de Gobierno en el Congreso local, Flor Añorve Ocampo, también hizo lo propio, señalando que los diputados priístas están comprometidos con los guerrerenses, de tal forma que están en la mejor disposición de integrar una agenda legislativa común con las fracciones parlamentaria y representaciones de partido que tienen presencia en el Poder Legislativo.
El Congreso del estado aprobó también en su sesión de este martes la propuesta como magistrado del Tribunal Superior de Justicia, de Robespierre Robles Hurtado, a quien ya algunos diputados locales y gente queda bien lo ubican como el próximo presidente del Poder Judicial de la entidad, en sustitución de la magistrada Lambertina Galeana Marín, de triste memoria y pésimo papel en ese Poder.
Ciertamente Don Robespierre Robles Hurtado, más conocido por su Notaría en el puerto de Acapulco, y por ser hijo del extinto José Rubén Robles Catalán, es Licenciado en Derecho, y por eso, seguramente, sabe de leyes, pero… ¿sabe de impartición y administración de la justicia?
¿Sabe de sentencias? ¿De tocas? Quizá digan que no es necesario, que para eso están los secretarios, los proyectistas, los jueces y todos los asesores que sean suficientes, pero, ¿y el prestigio? ¿Acaso hay que poner a cualquiera en un cargo, aunque no tenga experiencia, que para eso están los que saben?
Bueno, sólo son inquietudes mías, pero ojalá y si se convierte en presidente del Tribunal Superior de Justicia, haga un mejor papel que doña Lambertina Galeana, de quien recientemente supimos que mucho tiempo ejerció de jueza sin tener el título correspondiente. Carajo, con razón estamos como estamos.
Comentarios: julio651220@hotmail.com

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