miércoles, 3 de febrero de 2016

Epístolas Surianas. Mando Unico y mercado central en llamas. De Julio Ayala Carlos

Epístolas Surianas
(Carta a Don Héctor)

De Julio Ayala Carlos

Julio Ayala Carlos. Periodista.
ES CIERTO. MIENTRAS no se reforme la ley, lo que se conoce como Mando Único Policial sólo podrá implementarse si los ayuntamientos así lo acuerdan. De no elevarse a rango constitucional, los gobiernos municipales pueden, sin que eso implique violar la ley, negarse a ello.
Y es que el artículo 115 es muy claro. La fracción tercera de éste señala que “Los municipios tendrán a su cargo las funciones y servicios públicos siguientes: h) Seguridad pública, en los términos del artículo 21 de esta Constitución, policía preventiva municipal y tránsito, aunque en la cuarta, inciso a) párrafo segundo, dice: Los municipios podrán celebrar convenios con el Estado para que éste se haga cargo de algunas de las funciones relacionadas con la administración de esas contribuciones.
Por eso es que a la Conago, en la que participan los gobernadores de los estados del país, incluida la hoy Ciudad de México, les urge que se reforme la Carta Magna. Seguramente así será, pero, ¿y la autonomía del municipio?
Hay que decirlo. El debate del Mando Único Policial, que pretende la desaparición de mil 800 corporaciones policiacas municipales, para dar paso a la creación y operación de 32 policías estatales, no solo es legal, sino también económica.
Legal porque implica quitarle a los municipios la responsabilidad sobre la seguridad pública, establecida, como ya dijimos en el 115 Constitucional, y económica, porque dejarían de disponer de los 5 mil 952 millones de pesos que fueron asignados al nuevo Subsidio para la Seguridad Pública, que fusionó al Subsidio para la seguridad en los Municipios (Subsemun), y Subsidio para las Entidades Federativas para el Fortalecimiento de las Instituciones de seguridad Pública en materia de Mando Policial, que en el 2015 en conjunto equivalían a 7 mil 653 millones de pesos.
Además de tener un solo subsidio y disminuido, por el Mando Único los municipios se quedarían sin los porcentajes que cada uno tiene asignado del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP), por un total de 7 mil millones de pesos; y el relacionado con la prevención de delitos por 2 mil 600 millones de pesos.
Hay que señalar que la idea del Mando Único fue una propuesta de Genaro García Luna cuando era el secretario de Seguridad Pública del presidente Felipe Calderón. El 7 de octubre de 2010, Calderón envió a la Cámara de Senadores una iniciativa para la creación del Mando Único policial. A la misma se opuso el PRI en su momento, aun y cuando el argumento, entre otros muchos, era reestructurar la policía y recuperar la confianza ciudadana para salvaguardar la protección de la población.
Después de los hechos de Iguala, Guerrero, cuando el 26 de septiembre de 2014 desaparecieron 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, en diciembre de ese año, el presidente Enrique Peña Nieto envió al Senado de la República una iniciativa para reformas en seguridad y justicia.
Esta iniciativa plantea modificar siete artículos de la Constitución federal –21, 73, 104, 105, 115, 116 y 123– y los objetivos son definir el esquema de Mando Único policial en los estados, facultar al Congreso para expedir leyes generales en materia penal, y establecer la posibilidad de que el gobierno federal asuma la dirección de un municipio cuando haya indicios de que fue infiltrado por la delincuencia.
Por cierto, salvo el gobernador del estado, nadie, ni siquiera el secretario de Seguridad Pública estatal, ha dicho nada sobre el Mando Único Policial. O no le interesa o ni siquiera sabe de qué se trata.
A propósito, alguien sabe cuál es la situación del Mando Único en Chilpancingo? El anterior gobierno municipal, el que encabezó Mario Moreno Arcos, fue el primero en firmar el acuerdo, cubriendo además con cada uno de los requisitos que establece el mismo, entre ellos la certificación de la policía municipal, además de transferir el mando policiaco al Gobierno del estado, incluyendo parque vehicular, armamento y equipo de radiocomunicación.
A lo mejor ni el propio alcalde lo sabe, pues en vez de fortalecerlo, le apuesta más a su programa “Vecino vigilante”, por el cual la población se hace cargo de la seguridad de su calle, barrio o colonia, ante la falta de policías en el municipio. Lo anterior significa, primero, la incapacidad para brindar seguridad pública, y segundo, que el gobierno de la capital del estado está dejando en manos de la población lo que por ley está obligado a hacer.
Y si el gobierno municipal está dejando la seguridad pública en manos de la población, para que se proteja como mejor pueda, la pregunta es si también le va transferir a los comités de “Vecino vigilante” los recursos que mes a mes recibe para seguridad pública, entre ellos para el pago de policías que, de acuerdo al propio edil, hacen falta en Chilpancingo.
Porque, si no hay policías, es obvio que alguien se está quedando con los recursos destinados a seguridad pública que, como ya he dicho, llegan puntualmente al gobierno municipal. Y es que, es obvio que si los vecinos realizan acciones de vigilancia y prevención del delito, es obvio que los recursos deben llegarles.
Por último, qué bueno que nuestro señor presidente municipal ya descubrió que en el mercado central está que arde por la disputa que mantiene la delincuencia organizada.
Comentarios: julio651220@hotmail.com

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