Epístolas
Surianas
(Carta a Don
Héctor)
De Julio Ayala Carlos
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Julio Ayala Carlos. Periodista. |
CIERTAMENTE ES DIFICIL que con
construir un cuartel militar en la Montaña, y la llegada de más militares y
policías federales al estado, se pueda combatir la violencia, producto de la
inseguridad pública que aquí existe. Puede, quizá, inhibirla, pero mientras no
se resuelvan los problemas que la originan, producto de la pobreza y
marginación, ésta seguirá existiendo.
Por supuesto, la presencia de
más policías federales, soldados del Ejército y de la Marina, pueden inhibir la
violencia, pero nunca desterrarla, si antes no se erradica la marginación y
pobreza que existe en Guerrero, y que afecta principalmente a los niños y
jóvenes, éstos últimos utilizados por los grupos delincuenciales como su brazo
armado.
Sí. Es indiscutible que en
esta situación de violencia, el que lleguen al estado más policías y soldados,
son de gran ayuda, lo mismo para inhibir actos delincuenciales, que para
capturar a quienes los cometen, y con ello generar la percepción de que el
índice de delitos ha disminuido, pero por más efectivos policiacos, militares y
marinos que haya en la entidad, y por más delincuentes que se detengan y se
metan a la cárcel, siempre habrá otros que vengan a ocupar el lugar de éstos,
mientras existan las condiciones que orillan a quienes menos tienen, a unirse a
la delincuencia.
El problema es que pese a los
recursos que se anuncian para combatir la pobreza y la marginación que existe
en Guerrero, incluida la Cruzada Nacional Contra el Hambre, el número de
quienes viven en esta situación no solo se reduce, sino que se incrementa, como
consecuencia de que los apoyos nunca llegan completos a quienes van dirigidos.
Y es que, hay que decirlo. Si
bien hay recursos para combatir la pobreza y marginación que existe en
Guerrero, o al menos para acortar la distancia entre ricos y pobres, o mejor
dicho, entre quienes tienen todo, o mucho, y los que tienen muy poco, o nada,
difícilmente va a lograrse si desde el poder no hay un compromiso serio y
responsable de que se cumplan los propósitos para mejorar las condiciones de
vida de los que menos tienen.
El ejemplo está en la Montaña,
donde cada año se le invierten cientos y cientos de millones de pesos para
construir carreteras, centros de salud y escuelas, así como para concretar
proyectos productivos, y sin embargo, las condiciones de miseria de la gran
mayoría de la población siguen siendo las mismas. Y lo mismo puede decirse de
la Tierra Caliente, de gran parte de la zona Norte, la Sierra, la Costa Grande
y la Costa Chica, la región Centro, y por supuesto, Acapulco, con los
cinturones de pobreza existentes en el puerto, e incluso muy cerca de la
Costera.
Hay que construir más
cuarteles militares en el estado, y traer más fuerzas federales si con eso es
posible a combatir la violencia, pero mientras no se resuelvan los grandes
problemas que la originan, mientras haya pobreza y miseria, mientras no haya
más oportunidades de salud y educación, de mejoras al campo y empleo, siempre
habrá quienes tomen la ruta del dinero fácil, aunque peligroso, que les ofrece
la delincuencia.
Y EN OTRO ASUNTO, aunque relacionado con la delincuencia
existente, la presidenta de la Comisión de Gobierno del Congreso del Estado,
Flor Añorve Ocampo, reconoció que las estrategias en materia de seguridad
implementadas hasta el momento, no han dado los resultados buscados, luego de
que sobre la presencia de la Policía Federal y el mismo Ejército, se ha
incrementado la ola de violencia en la entidad.
“Es obvio que algo no opera,
que se dan situaciones que nos dejan claro que no se logra abatir (la
violencia) de manera contundente, pero tampoco se vale negar que no haya nada
que se esté haciendo”, dijo. No se pueden desdeñar los esfuerzos que se
realizan, agregó.
“Es evidente que no hay resultados, pero no
pueden decir que no se estén implementando programas que traten de abatir esta
situación”, aseveró, e indicó que mientras no se capture a los líderes de las
organizaciones delictivas, es lógico que la tensión social no disminuirá, tras
puntualizar que por la forma en que se han suscitado algunos hechos de
violencia, tal parece que parece que las organizaciones delictivas tienen más
recursos que las instituciones encargadas de combatirlas, aunque eso no sea
necesariamente la realidad.
POR ÚLTIMO, no solo deben
denunciarse públicamente las irregularidades heredadas del pasado gobierno del
estado, sino también acudir ante las instancias correspondientes y actuar en
consecuencia, pues de nada sirve decir que encontraron acciones de corrupción
si no se castiga y con ello se pone un ejemplo para que ya no ocurra.
Y esto se debe hacer en la
construcción del Macrotúnel de Acapulco, en donde de acuerdo a Javier Taja
Ramírez, director de la Comisión de Infraestructura y Aeroportuaria del Estado
de Guerrero (CICAEG), se encontraron diversas irregularidades, como contratos a
modo, así como en el proyecto y en su ejecución.
Seguramente lo sabes. Con la
construcción del Macrotúnel de Acapulco, así como con el Acabús, también de
Acapulco, hubo quienes se hicieron no ricos, sino millonarios, y sin embargo,
por ahí andan tan campantes, algunos de ellos tratando de repetir en los
cargos, sin tener la mínima vergüenza, y quizá convencidos de que en Guerrero y
en todo el país no se les aplica la ley a los corruptos.
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julio651220@hotmail.com
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